APPs medio ambiente: la tecnología móvil a disposición de la naturaleza

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Son numerosas las publicaciones en prensa que relacionan las nuevas tecnologías con su gran impacto en el medio ambiente. Pero como en muchos otros casos, los elementos y dispositivos electrónicos no tienen ninguna relación con la contaminación o las malas prácticas, sino la conciencia de la población que hace uso y comercio de estas tecnologías. Así que por una parte podría verse la tecnología de una forma física y material, es decir, de qué materiales están compuestos los terminales, smartphones y ordenadores, y por otra parte el contenido de las aplicaciones y su impacto en la mentalidad de la sociedad que los utiliza.

Cuando hablamos de tecnologías y medio ambiente, normalmente, imaginamos gran cantidad de aparatos contaminando mediante su desintegración y su mala gestión el entorno natural. Pero tenemos que ser conscientes y concienciar de ello para poder cambiar la situación y aumentar la presión moral, incidiendo en el comportamiento de personas y empresas tecnológicas.

Materialmente, más del 90% de los componentes de un smatphone son reutilizables (58% de plástico, 17% es vidrio y 25% de otros metales). Y aunque cada año son más las empresas comprometidas con el reciclaje de sus terminales y componentes, los datos nos muestran como este proceso acaba de comenzar y que por motivos políticos y económicos la inversión en este campo es muy inferior a la recomendada por las instituciones medio ambientales. Según Eurekamóvil, en España existen entre 25 y 30 millones de terminales guardados o averiados, de los cuales solamente 1 de cada 5 acaba siendo reciclado.

 

Para los usuarios concienciados existen ya algunas APPs para el medio ambiente que destaca y ayudan a buscar los puntos de reciclaje más cercanos, como por ejemplo: Dónde reciclar, para Andorid; Mi reciclaje, para iOS; o Punto limpio, para Android i iOS.

Como hemos visto y veremos, no todas las aplicaciones tienen solamente un objetivo comercial, sino que la participación de organismos públicos y la colaboración en los proyectos de asociaciones y entidades medioambientales puede aportar muy buenas ideas (posibles soluciones) para construir posteriormente en el taller tecnológico. Esta otra forma de vincular el desarrollo de las nuevas tecnologías con la concienciación y conservación del medio ambiente depende de la organización entre distintas entidades, asociaciones y gobiernos, como por ejemplo el caso de la app Marnoba. En esta propuesta de la Asociación Vertidos Cero han participado también la Fundación Biodiversidad, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y KAI Marine Services. En este caso el proyecto ha servido para unir fuerzas frente a la problemática de las basuras en el mar, siendo de descarga gratuita y disponible para iOS y Android. Con nuestro terminal podemos “recopilar, almacenar y mostrar de un modo sencillo información sobre las basuras marinas de nuestras costas”, con un uso simple para el usuario pero que en su “trastienda” conecta y enlaza la información en ficheros conjuntos, que se unen a los datos que aportan las asociaciones ecologistas, los informes portuarios de los pescadores, etc. Esta compenetración suma y hace que el rendimiento de la idea se multiplique por cada nuevo canal de información sobre contaminación que se una a la base de datos.

Arbolapp es otro ejemplo de cooperación entre organismos públicos y privados. En este caso nos presentan una app que permite identificar mediante el dispositivo móvil los árboles silvestres de toda la Península Ibérica y de las Illes Balears. Su uso está pensado para usuarios sin nociones de botánica, con un lenguaje y un uso simples y fáciles.
También en el ámbito de la ornitología, por ejemplo, los aficionados y profesionales también disponen de una app que facilita el censo y el recuento de aves: Aves Acuáticas. Esta propuesta de SEO/BirdLife vió la luz el Día Mundial de los Humedales y forma parte del abanico de aplicaciones gratuitas que no solo buscan ocupar una función en la sociedad, sino que al mismo tiempo intentan mejorarla y facilitar las labores a las personas que dedican su trabajo o tiempo libre al mantenimiento y rehabilitación de nuestro planeta y sus habitantes.

Encontramos apps que te ayudan a calcular cuanto papel estás ahorrando, como Papel KenMac Cost Calculator, encontramos otras que calculan el tiempo y el consumo eléctrico de tu hogar, otras que calculan el consumo de agua, otras que calculan las equivalencias de estos ahorros energéticos en dinero, etc. Los motivos de su uso y creación también son diversos, pues hay quien las busca por el ahorro económico y hay quien solo busca aportar su granito de arena en el mantenimiento de nuestro Planeta. Pero ya sea por una o por otra razón lo que importa tanto a creadores como usuarios es su nivel de descargas y usabilidad, que supone un aumento del prestigio de la aplicación y de sus creadores y, todo esto, repercutiendo directamente en la conciencia y el buen uso de los recursos.

Otro modo de configuración o tipo de app es el que incluye el sistema de bonificación/penalización, más didáctico y competitivo. Este sistema hace de la protección del medio ambiente una especie de juego que ha tenido muy buena aceptación por el público y que también se reproduce en otros organismos en el ámbito de la lucha contra la contaminación. Un ejemplo claro podría ser la posibilidad de medir la cantidad de dióxido de carbono que emitimos individualmente a la atmósfera cuando viajamos. Hablamos de la app Changers CO2 Fit. Esta aplicación calcula y otorga “recoins” (moneda simbólica de la aplicación) por cada kilo de CO2 no emitido a la atmósfera. Es decir, calcula qué transporte o qué combinación de transportes has utilizado y carga a tu cuenta los correspondientes recoins. Del mismo modo te los resta si tu combinación de transportes no ha sido beneficiosa para el medio ambiente.

En definitiva, son miles las propuestas que hay en marcha, algunas más concretas y específicas como la ornitológica que hemos visto, otras más generales para todo tipo de públicos. Esto significa que hay interés, mercado y una multitud de asociaciones públicas y privadas que también pueden ver en el desarrollo tecnológico y en las apps la posibilidad de posicionarse como referentes medio ambientales, de dar a conocer sus proyectos a un mayor nombre de individuos, etc.

Por tanto, como en casi todas las posibilidades de reciclaje, el impacto ambiental, la contaminación y la peligrosidad de los elementos dependen de la concienciación y del buen uso de nuestros recursos. Además, si conseguimos relacionar desarrollo tecnológico con progreso ambiental y ecología, la aceptación social sería mucho mayor, pudiendo introducir este desarrollo y apps en el sistema educativo, empresarial y en las propuestas políticas. Las tecnologías y las apps están preparadas para afrontar los retos ecologistas y de “reutilización” de materiales. Lo único que necesitamos es una mayor implicación de los organismos públicos no ligados a mercados financieros o privados (promocionando e invirtiendo), una mejor educación medio ambiental (creando usuarios conscientes) y ayudando económicamente al desarrollo y la promoción de este tipo de aplicaciones.

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